La estafa telefónica es una modalidad delictiva que apela al engaño mediante discursos persuasivos y situaciones de aparente urgencia. Sin embargo, detrás de cada llamada hay un esquema calculado que explota emociones como el miedo o la presión, en una estrategia cada vez más sofisticada con el propósito de sacarte dinero. Para evitar caer en este fraude, el Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicación (MITIC) aconseja estar atentos y actuar con precaución, teniendo en cuenta algunos tips.

En Paraguay, al igual que otros países, las estafas telefónicas han escalado con delincuentes que asumen identidades falsas de representantes bancarios, organismos estatales o empresas de renombre. Su objetivo es crear un ambiente de urgencia que coacciona a las personas a entregar datos personales.
Los estafadores, lejos de ser improvisados, siguen patrones bien definidos que explotan vulnerabilidades humanas como el miedo o la urgencia.
Bajo el pretexto de solucionar supuestos problemas en cuentas bancarias, sistemas informáticos o verificar transacciones inusuales, los delincuentes solicitan contraseñas, claves de seguridad, números de tarjetas de crédito o débito, e incluso códigos de verificación. Su discurso suele ser alarmista, buscando que la víctima no tenga tiempo de razonar o verificar la información.
Otro anzuelo común es la notificación de premios inexistentes, ganados en sorteosen los que la víctima nunca participó. Para captar aún más la atención, esos “premios” suelen consistir en bienes materiales de valor considerable o altas sumas de dinero.
La condición para “liberar” estos obsequios suele ser el pago anticipado de supuestos impuestos, tasas administrativas o gastos de gestión. Una vez abonado, el supuesto premio nunca llega y el dinero de la víctima desaparece.
La famosa extorsión del “accidente”
Una modalidad que ya fue muy utilizada en nuestro país es la llamada extorsiva, relacionada con un supuesto accidente de tránsito de un pariente cercano. El delincuente, haciéndose pasar por un agente policial, informa que el familiar está detenido por provocar el percance y exige el pago de una suma de dinero para “liberarlo” y evitar un proceso judicial.
La urgencia y el miedo por el bienestar del ser querido llevaron a innumerables víctimas a concretar pagos. El propósito de este modus operandi es que la persona que recibe la llamada entre en desesperación y desembolse el dinero exigido lo más rápido posible.
¿Cómo evitar este tipo de estafas?
Ante estos casos, una de las principales recomendaciones es nunca compartir datos personales por teléfono y bajo ninguna circunstancia se debe proporcionar información sensible como contraseñas, números de tarjeta o códigos de verificación. Las instituciones legítimas nunca solicitarán esta información a través de una llamada telefónica.
Si se recibe una llamada que genera dudas sobre su autenticidad, la acción más segura es cortar la comunicación de inmediato. Posteriormente, contacte directamente a la institución a través de su número oficial, que se puede encontrar en su sitio web o redes sociales; o a la persona (allegado) a quien se refiere el estafador.
Al recibir requerimientos con urgencia, tómese un momento para pensar y analizar la situación. No tome decisiones apresuradas bajo presión.
Otra forma de evitar fraudes es mantenerse informado, al conocer las últimas modalidades de estafa y seguir las recomendaciones de las autoridades.