¿QUÉ ES MECIP? 
El Modelo Estándar de Control Interno del Paraguay (MECIP) es un conjunto de estructuras, conceptos y metodologías que ayudan a las instituciones públicas a diseñar, implementar y mantener un sistema de control interno eficiente.
Su propósito es garantizar que cada organismo del Estado pueda cumplir sus objetivos institucionales de forma transparente, ordenada y responsable.
El MECIP promueve además el fortalecimiento de los sistemas de control y fomenta la participación ciudadana en la vigilancia de la gestión pública, bajo la coordinación de la Contraloría General de la República (CGR).
OBJETIVO GENERAL
Dar a conocer la estructura y metodología del Modelo Estándar de Control Interno del Paraguay – MECIP, promoviendo su aplicación en todas las dependencias del sector público.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
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Explicar los antecedentes y fundamentos del Modelo Estándar de Control Interno.
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Socializar la estructura del marco de control que propone el MECIP.
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Informar sobre los parámetros y pasos para su implementación en las instituciones públicas.
ESTRUCTURA – ¿CÓMO LEER ESTA NORMA?
Esta norma se estructura en cinco Componentes, cada uno de ellos desplegado en una serie de Principios (requisitos) que, en algunos casos, vuelven a dividirse en Elementos que favorecen su entendimiento.
B- Control de la planificación
C- Control de la implementación
D- Control de evaluación
E- Control para la mejora
EL MODELO
El MECIP se basa en un enfoque de gestión por procesos y riesgos, aplicando la metodología del ciclo Planificar – Hacer – Verificar – Actuar (PHVA).
Este ciclo permite una mejora continua del sistema de control interno:
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Planificar: definir los objetivos y los procesos necesarios para alcanzarlos, identificando los riesgos y determinando los controles que deben aplicarse.
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Hacer: implementar los procesos y controles definidos.
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Verificar: realizar el seguimiento y evaluar la eficacia de los controles, comparando los resultados con los objetivos establecidos.
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Actuar: aplicar acciones correctivas y de mejora continua.
El control interno debe entenderse como un proceso dinámico, participativo e integrado, que involucra a todas las áreas de la institución.
Cada entidad pública debe adaptar el modelo a su propia realidad, teniendo en cuenta su misión, entorno, recursos y nivel de riesgo.