El ministro de Tecnologías de la Información y Comunicación, Gustavo Villate, se pronunció este sábado en su cuenta de X expresando el repudio del Gobierno del Paraguay ante las amenazas recibidas por los periodistas Carlos Benítez, Fabián Costa y Aníbal Gómez, así como contra cualquier persona que ejerza la labor de prensa.

En su mensaje, Villate destacó que la posición oficial es clara: “Defendemos con firmeza el Estado democrático, el derecho a la libre expresión y el ejercicio pleno de la prensa. Condenamos cualquier ataque que afecte a quienes cumplen este rol fundamental”.
El ministro subrayó que la tarea de los trabajadores de prensa es esencial para la construcción de una sociedad más justa y transparente. “Valoramos profundamente la tarea del periodismo responsable en la construcción de un Paraguay más justo, transparente y democrático”, expresó en su publicación.
Las declaraciones se dan en un contexto de creciente preocupación por la seguridad de los comunicadores en el país, quienes esta semana han denunciado ser víctimas de amenazas y atentados en el ejercicio de su labor de investigación y difusión de informaciones de interés público.
El periodista Carlos Benítez denunció que su vivienda en Lambaré fue atacada a balazos en la noche del jueves. Uno de los proyectiles atravesó una puerta de madera, lo que hace presumir el uso de armas de grueso calibre. El comunicador apunta a la denominada “mafia de los pagarés”, sobre la cual viene realizando investigaciones periodísticas y que ya había generado amenazas previas en su contra.
El jefe de prensa de la Municipalidad de Lambaré, Fabián Costa, denunció que fue víctima de una balacera en su vivienda ubicada en el barrio Mariscal López. Según relató, hacia la 1:15 del miércoles, dos sujetos a bordo de una motocicleta efectuaron disparos contra su residencia, alcanzando principalmente su automóvil.
Por su parte, el periodista Aníbal Gómez Caballero, corresponsal en Pedro Juan Caballero y trabajador de Radio América 94.9 FM, informó que recibió mensajes anónimos de texto en los que él y su familia fueron amenazados de muerte. El caso fue comunicado a la Fiscalía y se interpreta como un intento directo de silenciar su labor informativa. En el mensaje, los autores lo instan a “callarse y no hablar más de bandidos y políticos” de la ciudad fronteriza, bajo la amenaza de atacar a sus hijos y nietos.